La práctica comprende activar los llamados cuatro poderes oponentes: el poder del arrepentimiento, el poder de toma de refugio y generación de intención, el poder de la promesa de no repetir y el poder de acción de reparación. Con ello se crean las semillas o causas para producir el efecto (ley del karma).
Se lleva a cabo ritos para ayudar a arraigar la purificacion. La práctica implica al cuerpo, el habla y la mente, de modo que se hacen postraciones físicas para doblegar nuestra vanidad y orgullo a modo de arrepentimiento, se recitan alabanzas a los 35 budas que nos ayuden a recuperar el entusiasmo por el Dharma, se visualizan a los 35 budas como modelos para promover nuestra determinación y se realiza la promesa de no repetir la acción dañina.