Iniciación y práctica de Vajrasattva
Vajrasattva es el Buda de la purificación. Con la iniciación y práctica de Vajrasattva se purifica el karma negativo que maduraría o conllevaría resultados kármicos negativos, como consecuencia de nuestras acciones kármicas negativas. Éstas son las acciones realizadas voluntariamente, tanto con el cuerpo, la palabra o la mente, que ocasionan daño a uno y a los demás. Con la purificación se elimina la posibilidad de que se experimenten estos resultados kármicos.
En la iniciación se realizan meditaciones guiadas por Lamas cualificados con el linaje de la tradición para establecer una conexión profunda con este Buda y se reciben las bendiciones y empoderamiento de purificación y protección.
La práctica y retiro de Vajrasattva pueden incluir, además de las prácticas preliminares, elementos convencionales, como la recitación repetida del mantra de las cien sílabas, el reconocimiento de los cuatro poderes oponentes y visualizaciones. Las prácticas más profundas y trascendentales incluyen meditación no conceptual sobre la vacuidad.
Difícilmente se puede avanzar en el camino espiritual si nuestro cuerpo, palabra y mente están contaminados con impurezas acumuladas por nuestras acciones kármicas negativas del pasado. En la tradición del Budismo Vajrayana la iniciación y práctica de Vajrasattva son métodos clave para esta necesaria purificación.
Vajrasattva (que significa el “Ser de Diamante”) aparece representado en color blanco, que significa pureza inmaculada. En la mano derecha sostiene un vajra, simbolizando el método, y en la mano izquierda, una campana, que significa la sabiduría. Se sienta en la postura completa de vajra y viste preciosas prendas y ornamentos.
Un aspecto importante de la purificación es reconocer y practicar los cuatro poderes oponentes. En primer lugar se genera un sentido honesto de arrepentimiento por las acciones negativas pasadas. A continuación se adopta la decisión y compromiso de abstención de realizar otra vez estas acciones en el futuro. En tercer lugar, se reafirma la confianza en el refugio en las tres joyas – Buda, Dharma y Sangha – y en la motivación bodhicitta – despertar para ayudar a otros seres. Finalmente se realizan las acciones de reparación, que en este caso es la práctica de Vajrasattva.