De forma intrínseca en el camino budista hay dos grandes cualidades que una persona desarrolla: la compasión y la sabiduría. La compasión representa amor, benevolencia, amabilidad, tolerancia, solidaridad, altruismo, o sea, las cualidades del corazón o de tipo emocional. Está en la base de todas las religiones y del humanismo en general.
La sabiduría representa discernimiento, entendimiento profundo, raciocinio, auto examen, diligencia, autocontrol, o sea, las cualidades de la mente o de tipo intelectual. Está en la base de todas las corrientes y tradiciones de filosofía práctica de vida tanto de Oriente, como de Occidente.
La experiencia demuestra que lo óptimo es un desarrollo equilibrado de compasión y sabiduría, pues mucha compasión y poca sabiduría da lugar a buenismo idiota y a dependencia. Y mucha sabiduría y poca compasión da lugar a frialdad y a alienación. El budismo proporciona potentes herramientas para desarrollar en profundidad tanto la compasión como la sabiduría.