Libro Approaching the Buddhist Path
Libros - comentario

Elementos del camino para despertar

Este volumen es el primero de la Biblioteca de Sabiduría y Compasión, creada por SS el XIV Dalai Lama con la ayuda de Thubten Chodron. La corriente de sabiduría en la que se basa la serie es la llamada tradición de Nalanda (antigua universidad india, que fue gran centro de estudio del budismo en Asia), de la que deriva en parte el Budismo tibetano y  específicamente la doctrina de la escuela Gelug. Las diferencias entre las distintas escuelas y corrientes no afectan a lo esencial. Todas se apoyan en el Vehículo fundamental, también llamado Budismo inicial, tradición Pali o Theravada, que es base común a todas las tradiciones budistas. La serie trata de hacer asequible el pensamiento o doctrina budista, el Dharma, al ciudadano occidental y muestra su aplicación a la vida del siglo actual.

Se presentan las nociones básicas del budismo y de la tradición de Nalanda, como las cuatro verdades, la naturaleza de la mente y de su contenido, y los giros de la rueda del Dharma. Detalla sobre todo el sendero a seguir teniendo en cuenta el nivel del interesado o practicante. Al final Su Santidad comparte algunas reflexiones personales sobre su práctica diaria. 

A continuación se exponen algunos puntos importantes que dan idea de la gran enseñanza incluida en la obra. Una primera lección es que los obstáculos a eliminar para alcanzar nuestro propósito, que es felicidad y paz auténticas, no son externos, sino internos: actitudes distorsionadas y emociones perturbadoras. Por tanto, las herramientas que se han de usar deben ser mentales. El budismo contiene elementos de filosofía, ciencia de la mente y también de religión, y se apoya en la ley de causa y efecto, no en un Dios externo,  por lo que, si queremos la felicidad auténtica, hemos de generar las causas internas que den lugar a ese efecto. 

Cualquier persona aunque sea de otra religión puede seguir el sendero budista, aunque primero se recomienda entender bien los fundamentos del mismo, como se explica en el texto.

Nuestra mente, al igual que nuestro cuerpo, tiene dos naturalezas (o mejor expresado, dos perspectivas de ver una misma naturaleza), una naturaleza convencional, que es con la que operamos y por tanto sujeta a emociones, y una naturaleza última. Esta naturaleza última se caracteriza por estar todo en ella vacío de existencia intrínseca independiente. Por ello, el “yo”, tanto cuerpo como mente, existe solo a nivel convencional. 

Una parte importante del texto se dedica a explicar las cuatro nobles verdades o verdades de los nobles: la del sufrimiento, la del origen del sufrimiento, la de su cese y la del camino verdadero. El cese de sufrimiento se produce por el cese de la causa, que es en última instancia la ignorancia, mediante el camino verdadero. La ignorancia proviene de creer que las cosas son solo como aparentan ser, y no entender su interdependencia (el origen dependiente de ellas), y su realidad última, de carencia de naturaleza intrínseca.

Aquel que entiende el origen dependiente entiende el Dharma; aquel que entiende el Dharma entiende a Buda

– Salistambra Sutra

 

Una parte importante del libro trata de la mente y de las emociones. Tradicionalmente en el budismo se emplea la palabra del sánscrito klesha para designar aquellos factores mentales que perturban a la mente y no la dejan permanecer en paz. Se puede decir que son emociones perturbadoras, tales como el apego, el miedo, la ira o la frustración. Estas emociones pueden tener una parte positiva, pero  normalmente son dañinas, como por ejemplo el apego ciego e inseguro, o la ira con hostilidad y resentimiento, por la frustración derivada de expectativas no realistas. Una gran parte de estas emociones perturbadoras son exageraciones y proyecciones, y no solamente adaptaciones para la supervivencia. 

Recomienda examinar y ver en perspectiva la causa y los efectos de estas emociones perturbadoras, aplicando compasión y sabiduría. Se emplean prácticas de entrenamiento mental como por ejemplo desarrollar la intención altruista, generar las emociones positivas opuestas, o ponerse en el lugar de los otros, pues en el fondo todo los seres son compasivos, tienen naturaleza búdica y desean ser felices. La idea es contrarrestar nuestro instinto egocéntrico. 

Se presentan los dos grandes vehículos o senderos del budismo: la tradición pali, que es la del budismo inicial centrada en la liberación individual, llamada también vehículo fundamental, y la tradición sánscrito, llamada también vehículo universal, que incluye el camino del Bodhisattva de despertar con el fin de ayudar a otros seres. El vehículo universal comprende el paramitayana (camino de los paramitas o perfecciones) y tantrayana (camino del tantra). 

Respecto a los canon (colecciones formales) de textos budistas existentes se describen el canon pali, el canon chino y el canon tibetano, habiendo sido estos dos últimos formados principalmente a partir de traducciones del sánscrito. El canon tibetano está formado por el Kangyur (palabra de Buda) y el Tengyur (comentarios), y al igual que el canon chino incluyen dentro gran parte del canon pali.

Se dice que el Buda giró la rueda del Dharma, o sea impartió enseñanzas, tres veces, con la idea de dirigirse a las necesidades de diferentes grupos en diferentes momentos. Cada giro abarca las enseñanzas de los giros anteriores. El primer giro se corresponde con el vehículo fundamental y con el núcleo de la tradición pali, y el segundo y tercer giro con la tradición sánscrito, que es la del vehículo universal.

Explica los fundamentos de budismo tibetano, que derivan de enseñanzas de maestros indios de la antigua universidad de Nalanda, como Budapalita, Chandrakirti, Shantideva y Dharmakirti. Presenta también el desarrollo de las cuatro escuelas principales del budismo tibetano – Nyigma, Kagyu, Sakya y Gelug -, cuyas doctrinas coinciden en lo esencial. Por ejemplo en relación con los caminos graduales del despertar, cada una de las cuatro escuelas tiene su texto base (en el caso de la Gelug es El gran tratado del camino gradual o Lam Rim del maestro Je Tsongkhapa), precisando que las mayores diferencias se encuentran en las deidades tántricas empleadas en las meditaciones o visualizaciones avanzadas del tantrayana. 

En el budismo se defiende la investigación propia y no la aceptación ciega de los textos, aunque formen parte de una antigua tradición. Explica que es nuestra responsabilidad usar la inteligencia para investigar y probar las enseñanzas antes de aceptarlas. 

Resalta la importancia del amor y la compasión y que el objetivo del sendero budista es desarrollar las cualidades virtuosos de la mente, eliminando tanto las emociones perturbadoras como la visión o perspectiva incorrecta o incompleta.

El objetivo del sendero no es únicamente la felicidad de esta vida, de hecho esto es un subroducto. El fin último verdadero es el despertar en el sentido más amplio. En el texto se detallan para el necesario entrenamiento mental los “Ocho versos del entrenamiento mental” de Langri Tangpa, que Su Santidad recita diariamente. Con él se trabaja el dominio sobre la obsesión egocéntrica y la arrogancia, así como el perdón, comprensión, consideración, respeto y estima del otro. Comprensión es entender que el otro está condicionado en su comportamiento por causas, pero que en el fondo tiene naturaleza búdica como nosotros.

Tenemos dentro el potencial para despertar y el sendero es cultivar nuestra mente, purificándola de los obstáculos, que son las perturbaciones emocionales derivada del egocentrismo y la visión errónea. 

Ya entrando el tema de los senderos, comienza mencionando a Aryadeva, que se centró en el camino esotérico. Pero es en “La Lámpara en el sendero” de Atisa donde comienza realmente la tradición de senderos graduales o Lam Rim, en tibetano. En el texto se distinguen tres niveles de practicantes: inicial, medio y alto. Los pasos a dar en cada nivel comprenden los de los niveles anteriores. En el nivel inicial, en el que la persona busca liberarse del sufrimiento inmediato en esta vida, la práctica son practicar las virtudes. En el nivel medio, que busca el objetivo superior de la liberación permanente, la práctica son los tres entrenamientos. Y en el nivel más alto, cuyo objetivo es el despertar pleno para beneficio de todos los seres, se indica el desarrollo del espíritu de iluminación o bodhicitta, el cultivo y práctica de las seis perfecciones, las llamadas “cuatro maneras de hacer discípulos” ( ser generoso y proporcionar ayuda material, hablar positivamente enseñando el Dharma, animar a otros a practicarlo, y dar ejemplo de vivir las enseñanzas ) y las prácticas avanzadas del tantrayana. De la exposición se desprende la progresión del sendero, pero nunca una estructura rígida de pasos o prácticas a llevar a cabo. 

Ya mucho antes Buddhagosa, en el siglo V, distinguía en su exposición del camino entre diferentes niveles de motivación en las personas: la motivación simplemente para disfrutar de la vida, la que busca el despertar propio y la superior, que busca también el despertar de todos los seres

La otra gran referencia del camino gradual que se expone es la del Lam Rim Chenmo, antes mencionada, que sigue la estructura del texto de Atisa. A continuación se describen diferentes herramientas mentales para progresar en el camino, tratando de hacer que a lo largo de él la sabiduría y la confianza se refuercen mutuamente. Así se exponen: prácticas de purificación de faltas como la de los cuatro poderes oponentes (arrepentirse de la falta a purificar, refugiarse y generar bodhichita, decidir no cometerla otra vez y poner en marcha comportamiento corrector); prácticas devocionales como postraciones, ofrecimientos, mantras, dedicaciones, etc.; y estudio, reflexión crítica y meditación analítica y contemplativa. Se comenta el método de las universidades monásticas del budismo tibetano de estudio, memorización, reflexión y debate. Y la importancia de seguir a los que han sido modelos en el camino, siendo el más importante el propio Buda. Finalmente Su Santidad presenta reflexiones personales y comenta sus prácticas habituales. Insiste en no imponer los puntos de vista propios a los demás, sino ser humildes y ante todo buenas personas.

En resumen, en el texto se presenta el despliegue de los giros de la rueda del Dharma y el desarrollo del budismo en las diferentes épocas, indicando textos y comentarios de diferentes corrientes que detallan el camino a seguir para el despertar. A lo largo de él se exponen los elementos esenciales de la filosofía y práctica budista. El sendero se resume en los tres grandes entrenamientos del noble sendero enseñado por Buda: el comportamiento ético, la purificación o renuncia a lo inmediato; la concentración y serenidad; y la sabiduría o entendimiento profundo, y la práctica de la compasión que conlleva. La exposición del sendero por los grandes autores tiene en cuenta el punto o el nivel en el que se encuentra cada persona, de forma que todos puedan beneficiarse. Es una potente ayuda para el caminante hacia el despertar.