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Meditación analítica práctica sobre los llamados ‘cuatro preliminares generales’ del budismo

Meditación analítica con un enfoque práctico. Incluye una primera parte corta de teoría y otra más larga de práctica.

El guía de la meditación, Vicente Ayllón, la describe de la manera que se detalla a continuación.

Estas meditaciones son muy neutrales e inclusivas, de manera que serán útiles para todos los asistentes, tanto si creen en la reencarnación o aceptan vidas pasadas y futuras, como si no. La teoría es mínima y se enfoca en la visión inclusiva comentada, haciendo un mayor énfasis en la práctica de la meditación.

Las meditaciones se puede decir que son del tipo llamado analítico, pero no se pretende quedar al nivel intelectual, porque el beneficio es menor. Hay que tratar de llegar a sentir, al nivel emocional, se puede decir práctico, que es lo que realmente tiene más fuerza para la transformación interna.

El objeto de la meditación es lo que tradicionalmente se llama los ‘cuatro preliminares comunes’, ‘cuatro preliminares generales’ y también los ‘cuatro pensamientos que redirigen la mente’. Estas meditaciones se pueden abordar desde propósitos más mundanos a otros más espirituales o éticos, si uno los enfoca como práctica espiritual o bien como práctica ética para poder llevar una mejor vida uno mismo y los demás.

Los beneficios mundanos y espirituales que aportan estas meditaciones de cada pensamiento director son:

1.   La dificultad de obtener el precioso cuerpo humano, con las ocho libertades y las diez adquisiciones.

Este es el nombre tradicional de esta reflexión, que en realidad se refiere a ‘la importancia de la existencia humana’. Esta meditación nos va a ayudar a sentirnos afortunados con esta existencia y las condiciones que tenemos y a aprender a valorarla más. También nos llevará a tratar de darle a nuestra vida una mayor utilidad, tanto para uno mismo como para los demás.

2. La muerte y la impermanencia. 

El guía de la meditación lo llama ‘ser conscientes de la transitoriedad de todo’. El beneficio de la misma es hacernos más desapegados de las cosas y las personas, aliviando el impacto derivado del malestar que nos generamos por el apego a la idea de permanencia de todo. También nos permite afrontar mejor nuestros problemas y dificultades al ser conscientes de que ellos también son transitorios y, por lo tanto, al depender de causas y circunstancias, no van a durar eternamente y además tenemos cierta capacidad de influir en esos condicionantes. 

3. El karma, la ley de causa y efecto. 

El guía de la meditación lo llama ‘funcionamiento de las acciones’. Nos permitirá ser capaces de discernir entre diferentes tipos de acciones, cuales son provechosas y cuales dañinas. Con esa comprensión estaremos capacitados para poder tener un comportamiento ético más saludable para todos y darnos cuenta cuándo estamos involucrados en alguna acción inadecuada. De esa manera seremos capaces de ir reduciendo gradualmente nuestras acciones inadecuadas a medida que somos más conscientes de ellas. 

4. Los inconvenientes del ciclo de la existencia, el samsara. 

Los llama ‘los inconvenientes de todo tipo de existencia’. Se hará mayor énfasis en el sufrimiento que se experimenta en el mundo animal y el humano, por ser aceptada su existencia por todos. Meditamos principalmente en éstos y también mencionamos los sufrimientos de los otros reinos, para los que crean en ellos. Reconoceremos que el sufrimiento es inherente a la vida misma dentro del Samsara y esto nos ayudará a diferenciar la falsa felicidad o felicidad aparente de la verdadera. Aquí ya se entra en el terreno de los beneficios espirituales, si se han realizado correctamente las prácticas anteriores.

 

A cerca de Vicente Ayllón: Muy joven se trasladó a la India por inquietudes espirituales, donde vivió varios años en Dharamshala en el norte de la India y en monasterios del nordeste, conviviendo con familias tibetanas y nepalíes. Estudió budismo tibetano y lengua tibetana bajo la tutela de Gueshes de la escuela Gelug de monasterios de SS el Dalai Lama y un Acharya de la escuela Nyingma. Regresó a España con su familia de ascendencia tibetana, y durante años ha colaborado con los monjes de Chökhorling, ahora en la Fundación, en labores de traducción y divulgación de la doctrina de Buda. Actualmente lleva una vida laica normal en el mundo de la empresa con su familia, sigue profundizando en el dharma y es colaborador de la Fundación en el Centro de Meditación de Madrid.