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Las enseñanzas de Buda presentadas de modo sencillo

Como un sabio doctor de las enfermedades del mundo, el Buda hace un diagnóstico y enseña una cura. Y sugiere que también nosotros seamos doctores de nosotros mismos.  Para ello es preciso comenzar entendiendo ese diagnóstico y esa cura: las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Óctuple.

Un dato que da solvencia al libro es que ha sido escrito por un monje erudito budista de Sri-Lanka, Doctor por una Universidad de su país y con estudios y actividad docente en Occidente. Aunque procede de las tierras de la corriente pali (theravada), o budismo inicial, en sus estudios ha abarcado también el desarrollo posterior, denominado del llamado vehículo universal o corriente sánscrito o de Nalanda. Su profundo conocimiento de los textos budistas le permite hacer referencia a ellos con generosidad en su exposición. En el libro se centra en la corriente pali. 

Empieza con una descripción breve de la vida de Buda, su abandono de la vida opulenta de palacio y sus inmersión en el ascetismo para, a las 35 años, darse cuenta de las ventajas del camino medio, alcanzar la iluminación y comenzar a divulgar su descubrimiento: las llamadas Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Óctuple, cuya explicación constituye el núcleo del libro.

Destaca que Buda hace al cada persona responsable y maestra de su destino. Es lo que hoy se denomina en el ámbito de la psicología auto maestría o agencia. El Buda indica que cada uno debe considerarse a sí mismo como lámpara y refugio, y que él únicamente enseña el camino. 

Uno puede conquistar a millones en una batalla, pero aquél que se conquista a sí mismo, aunque sólo conquiste a una persona, es el conquistador más grande

– Dhammapada

 

Destaca también la racionalidad del budismo, aludiendo al Sutra donde Buda pide que no se confíe ni en textos, ni en maestros, sino únicamente en lo que uno comprueba por sí. La enseñanza de Buda no es dogma, ni cuestión de fe. Este término, cuando se emplea en el budismo, es para señalar confianza y convicción, más que seguimiento ciego. Se aboga por un espíritu de tolerancia hacia otros puntos de vista, pues la verdad completa no la tiene ninguna religión. Incluso Buda indica que sus propias enseñanzas eran de usar y tirar, como una balsa que solo sirve para cruzar el río, pero no para cargar con ella a continuación. 

Se trata de enseñanzas no religiosas, ni esotéricas, ni metafísicas, sino prácticas, para ayudar a cada persona a encontrar la paz y la felicidad. Como un sabio doctor de las enfermedades del mundo, el Buda hace un diagnóstico y enseña una cura. Y sugiere que también nosotros seamos doctores de nosotros mismos.  Para ello es preciso comenzar entendiendo ese diagnóstico y esa cura: las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Óctuplo.

En la primera el noble verdad constata la presencia universal del sufrimiento o de la insatisfacción, que en sánscrito es dukkha. Aunque haya momentos de felicidad, dukkha surge de una manera u otra. Hay de tres tipos: la que procede del daño ordinario, la que surge del cambio o impermanencia de todo y la que resulta del condicionamiento o de la interdependencia de todo. Y llega sin poderla controlar.

Lo segundo noble verdad, samudaya, explica la causa del dukkha, del sufrimiento. La causa se encuentra en la avidez hacia lo que nos gusta, y la aversión a lo que no nos gusta. Y en el fondo detrás está la ignorancia. Explica el karma como la acción voluntaria, que produce efectos y consecuencias, que son el resultado del karma. El buen karma produce buenos efectos y el mal karma produce malos efectos. Y la teoría del karma es la teoría de la ley natural de causa y efecto, no de un sistema de justicia. Sin embargo, los efectos pueden pasar incluso a una siguiente vida a través de una sucesión de momentos, como la llama de una vela pasa de un momento a otro sin apagarse pero sin ser la misma del momento anterior.

La tercera noble verdad es nirodha o el cese de dukkha. El cese de dukkha es el nirvana, que por tanto se convierte en la verdad absoluta, la verdadera felicidad. No puede ser descrita con nuestro lenguaje y, si se intenta, es mejor hacerlo con términos negativos, como extinción de la avidez, de la aversión, de la ignorancia, del condicionamiento, de la atadura, del apego. Se puede hablar de calma, ecuanimidad, libertad. Para eliminar el sufrimiento hay que eliminar su raíz, o sea, la avidez y la aversión que derivan de la ignorancia. La extinción de la ignorancia se alcanza al entender las cosas tal como son, impermanentes y vacías de existencia independiente, comprendiendo cómo la mente nos engaña con construcciones, elaboraciones y proyecciones, y actuar en consecuencia. Se llega a un estado interior con una mente que piensa de modo diferente, una mente transformada. Uno llega a la conclusión que hay que estar en el presente, sin engancharse ni con el pasado ni con el futuro, aceptando y apreciando todo sin apego y con serenidad. Y en ese mundo inter dependiente, no dual, el método racional es la compasión hacia uno y hacia los demás seres.

La cuarta noble verdad, magga o el sendero muestra el camino que lleva al cese de dukkha. Se considera el camino medio porque evita tanto la indulgencia como el ascetismo. Es el Noble Sendero Óctuple, que se compone de ocho dominios que tradicionalmente se han agrupado en tres partes: conducta ética o sila, disciplina mental o samadhi y sabiduría o panna. 

Detrás de la conducta ética está el principio de amor y compasión universales para todos los seres. Buda difundió sus enseñanzas para el bien de todos, para la felicidad de todos y por su compasión por el mundo. El comportamiento moral es la base de todo lo demás.

Nunca el odio se derrota con odio, sino que se derrota con amor. Esto es una verdad eterna

– Dhammapada

 

Por disciplina mental se entiende la atención a todos los fenómenos mentales, tanto sensaciones, emociones y pensamientos, como la concentración para llegar a estados de serenidad y ecuanimidad. Ello exige un esfuerzo y entrenamiento.

La tercera parte, sabiduría, incluye tanto el pensamiento correcto, que está libre de construcciones y apegos, como el entendimiento profundo de las cosas tal como son.

Con respecto a las cuatro verdades hay cuatro tareas a ejecutar: sobre la primera, reconocer dukkha; sobre la segunda, eliminar la causa; sobre la tercera, alcanzar el nivana, y sobre la cuarta, que es el camino, seguirlo.

El siguiente capítulo, que está dedicado a la doctrina de no alma o no yo, anatta, explica el principio de origen dependiente de todas las cosas, incluyendo las personas. Este es un concepto clave del budismo. Se trata de que en el fondo todo es relativo, interdependiente y interconectado. Todas las cosas carecen o están vacías de esencia independiente. Igualmente lo es la persona, sus cinco agregados constitutivos según el budismo, su yo, alma, ego o atman, y en consecuencia su libre albedrío. 

El Buda se centró en ideas prácticas, su enseñanza es una orto praxis. Sobre cuestiones metafísicas, como el origen del mundo, nos encontramos con el silencio de buda. No hay especulaciones. Si demuestra que realidad es impermanente, insustancial e interdependiente y que nuestra mente nos mantiene en la ignorancia, es para que actuemos en consecuencia. 

En el siguiente capítulo critica la concepción actual de meditación, que ha modificado lo que la palabra del sánscrito bhavana de los textos budistas quiere decir. Se traduce correctamente como desarrollo mental, en el sentido de por un lado limpiar las impurezas y los perturbaciones mentales, como los impulsos primarios y emociones negativas, y por el otro cultivar la concentración, la serenidad, la consciencia, la diligencia, el análisis y alcanzar la sabiduría de ver las cosas tal como son y actuar en consecuencia, que constituye el nirvana. 

Distingue las dos formas de meditación ya clásicas, por un lado la de concentración samatha que ya existía antes de Buda y la meditación vipassana o de entendimiento profundo que es la meditación propiamente budista, la meditación analítica basada en la atención, consciencia y la observación y análisis profundo a todos los fenómenos que se nos presentan. Aquí hay que decir que en la meditación es frecuente comenzar por aquello más próximo, que es el cuerpo y dentro de él la respiración. El ideal es extender la meditación analítica a toda nuestra vida, viviendo con consciencia el presente, con actitud de observador distante, aunque en ello haya que recordar el pasado y planificar el futuro, pero como un científico y no como un juez. Recomienda el autor reflexionar sobre aspectos esenciales del budismo clásico, como los cinco obstáculos de la meditación, los siete factores de la iluminación, los agregados de la persona o los cuatro estados sublimes o brahmaviharas, temas que cualquier interesado puede indagar.

Termina abordando la relación entre lo que el Buda enseñó y el mundo actual. Afirma la doctrina es totalmente aplicable a la vida moderna y a las personas ordinarias. Es en la vida normal diaria donde se aplican con más sentido las enseñanzas de Buda de amor y compasión. Afirma que el budismo es un modo de vida y lo esencial es seguir el Noble sendero. En la tradición también se considera que alguien es budista si toma como refugio a las tres gemas (el Buda, el Dharma y la Shanga) y observa los cinco preceptos o obligaciones morales de un budista laico (no destruir la vida, no robar, no cometer adulterio, no mentir y no tomar tóxicos). Pero su sentido práctico hace que las enseñanzas sean útiles para todos, como con el ejemplo que recoge de los episodios de las enseñanzas de Buda donde transmite que la prosperidad económica de una persona es esencial para poder desarrollarse en otros aspectos

El mensaje de Buda es de amor universal y compasión. Así aparece en el Dhammapada:

“Nunca el odio se derrota con odio, sino que se derrota con amor. Esto es una verdad eterna”.

“Uno derrota el odio con la amabilidad, la maldad con la bondad, el egoísmo con la generosidad y la falsedad con la autenticidad”. 

Su mensaje, también en el Dhammapada, es de auto maestría y agencia, la transformación de uno mismo como primer paso para un mundo mejor, la conquista que trae paz y felicidad es la auto conquista: 

“Uno puede conquistar a millones en una batalla, pero aquél que se conquista a sí mismo, aunque sólo conquiste a una persona, es el conquistador más grande”