La sabiduría suprema del SUTRA DEL CORAZÓN
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La sabiduría suprema del Sutra del Corazón

El sutra más recitado

 El Sutra del Corazón es quizás el texto más famoso, y el más recitado y estudiado del Budismo de la tradición del Gran Vehículo, el Mahayana, desarrollado en Asia Oriental y hoy en día extendida por el mundo. Es un sutra (enseñanza de Buda) que explica de forma muy breve la naturaleza de las cosas tal como son, lo que lleva a un modo de vida conducente a la felicidad y al altruismo. Constituye por tanto la sabiduría suprema. Resume las enseñanzas del Mahayana, que es el segundo giro de la rueda del Dharma, el camino del bodisatva, que es el que aspira a alcanzar la iluminación para el beneficio de todos los seres.

Las enseñanzas iniciales del Mahayana, que se sintetizan en el Sutra del Corazón, aparecen recogidas en el Sutra Prajnaparamita (Sutra de la Perfección de Sabiduría), actualmente existente en versiones de diferente número de líneas, como la de 8000, o la de 100.000… y hasta la de una letra. El Sutra del Corazón es el corazón o esencia de la Perfección de Sabiduría.

 

Sabiduría y compasión 

Los dos componentes de las enseñanzas del Gran Vehículo son la compasión (que comprende benevolencia, ayuda, altruismo) y la sabiduría suprema, las cuales se dice que son como las dos alas que permiten volar a un pájaro. Aunque el Sutra se centra en la sabiduría, la presencia del bodisatva Avalokiteshvara (que también se llama Chenrezig, Kuan Yin…), manifestación de la compasión, transmite la conexión y unión de las dos. 

La compasión es acompañante de la sabiduría suprema en todo el proceso del despertar. Desde la comprensión conceptual de la vacuidad, hasta la aprehensión directa de la misma; desde la bodichita o aspiración inicial al altruismo universal al absoluto. La sabiduría suprema es el entendimiento de la vacuidad de naturaleza esencial de todas las cosas  —sujetos, objetos y construcciones mentales—, esto es, la carencia de naturaleza, existencia o esencia intrínseca e independiente. Todas las cosas, aunque las percibimos de forma dual engañosa como permanentes, independientes y sólidas, en realidad son impermanentes y dependientes tanto de causas y condiciones (interdependencia), como de sus partes constitutivas y de la imputación conceptual. 

En el texto destaca la afirmación de que  la forma es vacuidad, y la vacuidad es forma”. La forma es lo que se percibe con la perspectiva convencional mundana, mientras que la vacuidad lo es con la perspectiva última. Con la sabiduría profunda se capta la misma cosa o fenómeno a la vez con las dos perspectivas o verdades, la convencional y la última.