Featured, Frequent Meditations and Practices

– Práctica del Buda de la Medicina / Practice of Buddha Medicine

Budas tales como Shakyamuni o el Buda de la Medicina son considerados grandes médicos. Y no es por sus habilidades médicas, que son grandes, sino porque tienen la compasión, sabiduría y habilidad para diagnosticar y tratar los males que subyacen al plano físico y mental.

Resumen

El Buda de la Medicina representa el arquetipo de sanación o curación física y mental de las personas y también del mundo, y de promoción de la paz y la armonía en él. 

La característica más especial de muchas de las representaciones del Buda de la Medicina es su color azul oscuro de la piedra lapislázuli. Tradicionalmente ésta piedra se usaba para simbolizar lo que es puro y raro, y se decía que tenía un efecto fortalecedor y curativo.

De acuerdo con textos tántricos, la causa fundamental de todas las enfermedades es el estar atrapado por tres venenos: la ignorancia, el apego y la aversión, que por ello se representan en el eje de las representaciones de la rueda del Samsara. Estos tres males raíz ocasionan desequilibrios.

El tratamiento de enfermedades y el mantenimiento de salud es cuestión principalmente de poner todos los elementos del cuerpo de vuelta en equilibrio y eso se consigue a través de cuatro tipos progresivos de tratamiento, que van desde cambios en el estilo de vida hasta la transformación espiritual con el entrenamiento mental.

Nuestra verdadera naturaleza es búdica, por lo que somos intrínsecamente sanos y plenos. Podemos acceder a nuestra salud esencial o intrínseca. Pero en el mundo relativo nuestra salud viene condicionada por diferentes factores genéticos y adquiridos: es la salud adquirida. Podemos actuar sobre los diferentes planos para restaurar la salud integral.

En la práctica de la Meditación en el Buda de la Medicina, después de la preparación, se llevan a cabo visualizaciones y recitaciones de mantras.

Se conserva un Sutra del Buda de la Medicina en chino y tibetano. Contiene votos o aspiraciones para la salud intrínseca, para la salud adquirida y mejora de las condiciones de vida de uno mismo y de los otros seres.

Buda de la Medicina
Buda de la Medicina

 

El Buda de la Medicina representa el arquetipo de sanación o curación física y mental de las personas  y también del mundo, y de promoción de la paz y la armonía en él. 

Según la tradición, meditando en el Buda de la Medicina también se superan las tendencias dañinas de avidez, aversión e ignorancia, y se fortalece la actitud de compasión, amor y altruismo. 

Es especialmente útil cuando uno sufre una enfermedad o ha sido objeto de una operación, y también para la mejora general, y siempre con la intención de ayudar a los demás seres. En la práctica se llevan a cabo meditaciones, visualizaciones y recitación de mantras, así como ofrendas. Cada persona encontrará útil los aspectos que más sintonicen con sus inclinaciones más intelectuales, devocionales o contemplativas. 

 

Representación y simbología 

El Buda de la Medicina llamado en sánscrito Bhaisajyaguru Vaiduryaprabharaja, el maestro sanador y rey de la luz lapislázuli, aparece representado habitualmente en color azul oscuro lapislázuli, sobre todo en las zonas de cultura tibetana. 

En la mayor parte de sus representaciones viste el hábito de monje y aparece sentado con la postura de meditación con las piernas cruzadas. Su mano derecha se apoya sobre la rodilla con la palma hacia arriba con el mudra de dar bendiciones y sosteniendo el tallo de la planta myrobalan (en latín, terminala chebula) y a veces su fruto. Esta planta es considerada la reina de las medicinas por su efectividad en el tratamiento de enfermedades del cuerpo y la mente. La mano izquierda la apoya en el regazo con el mudra de la meditación sujetando un cuenco lleno de nectar medicinal.

Tradicionalmente se le suele representar en compañía de otros siete budas de la medicina, uno de los cuales es Shakyamuni. Suele aparecer flanqueado por dos boddhisattvas de la tierra pura, que simbolizan la luz del sol y la luz de la luna.

La característica más especial de muchas de las representaciones del Buda de la Medicina es su color azul oscuro de la piedra lapislázuli. A veces solo aparece coloreada la jarra o cuenco de medicina que porta. La piedra lapislázuli era considerada preciosa en la antigüedad, habiendo sido muy apreciada tanto en Asia como en Europa durante durante varios milenios por su valor ornamental. Tradicionalmente se usaba para simbolizar lo que es puro y raro, y se decía que tenía un efecto fortalecedor y curativo para los que la llevaban. Su finura natural posibilitada un pulido muy efectivo. Por estas razones y por el hecho de que se dice que la luz azul oscura tiene un poder curativo en los que la usan en prácticas de visualización, este color es el adoptado por el Buda de la Medicina principal. 

Buda Shakyamuni, con Amitabha (a su dcha arriba) y el Buda de la Medicina (a su izq arriba)
Buda Shakyamuni, con Amitabha (a su dcha arriba) y el Buda de la Medicina (a su izq arriba)

Según la cosmología budista hay infinidad de budas cósmicos en otros tantos campos búdicos o tierras puras, por la naturaleza holográfica del universo. Muchos budistas siguen la tradición de querer renacer en una de estas tierras puras. Dos importantes Budas cósmicos, son Amitabha (Amida en japonés), llamado el Buda de Luz Infinita, y el Buda de la Medicina. Amitabha es figura central de la rama Tierra Pura del budismo. De hecho en la iconografía del budismo chino a veces se representa un trío en el que Sakyamuni aparece en el centro, Amitabha a su derecha y el Buda de la Medicina a su izquierda. El Buda de la Medicina es el arquetipo de sanador en esta vida y Amitabha en la etapa tras la muerte.

La tierra pura del Buda de la Medicina se ubica en el este y se llama “tierra lapislázuli”. El sutra en el que aparece compara esa tierra pura con la del oeste, de Amitabha, llamada Sukhavati. El renacimiento en ésta se dice que conduce a la iluminación, como en la de Amitabha. 

Arquetipo de sanador para entrenamiento mental

La recitación de su mantra o incluso la mera repetición de su nombre se dice en la tradición que es suficiente para obtener la sanación, la liberación de los reinos más bajos, la protección frente a los peligros del mundo y la liberación de una muerte repentina.

En Tíbet el Buda de la Medicina es considerado el origen de las artes de sanación, porque es a través de él que llegaron las enseñanzas de los Cuatro tantras médicos, que son la base de la medicina tibetana.

De acuerdo con esos tantras, la causa fundamental de todas las enfermedades es el estar atrapado por tres venenos: la ignorancia, el apego y la aversión, que por ello se representan en el eje de las representaciones de la rueda del Samsara. Estos tres males raíz ocasionan desequilibrios en los tres humores (flema, viento y bilis), los diferentes componentes del cuerpo (sangre, carne, huesos…) y productos de desecho o impurezas (excrementos, orina y sudor).

Con la práctica del Buda de la Medicina que yo sea purificado de toda enfermedad, dolor y sufrimiento, que disfrute de salud y que consiga iluminación completa para llevar a todos los seres a ese mismo estado

 

El tratamiento de enfermedades y el mantenimiento de salud es cuestión principalmente de poner todos los elementos del cuerpo de vuelta en equilibrio y eso se consigue a través de cuatro tipos progresivos de tratamiento. Los primeros dos implican cambios en la alimentación y en el comportamiento. Solamente cuando estos cambios no llegan a ser efectivos, el médico prescribe medicinas. Y si éstas fallan, recurre a otro tipo de tratamientos como la acupuntura o moxibustión. Sin embargo ninguno de estos tratamientos tiene un efecto duradero a menos que vayan acompañados de transformación espiritual. Si la ignorancia y el egocentrismo asociado se mantienen, tarde o temprano surgirán enfermedades. Por eso Budas tales como Shakyamuni o el Buda de la Medicina son llamados grandes médicos. Y no lo son por sus habilidades médicas, que son grandes, sino porque tienen la compasión, sabiduría y medios habilidosos para diagnosticar y tratar las males que subyacen al plano físico y psíquico.

Se trata de usar el poder de la mente en un mundo donde todo está interconectado para superar las limitaciones auto impuestas y alcanzar todo nuestro potencial, también en la salud. Hoy en día está demostrado el poder de la meditación, de la visualización, del manejo de energías sutiles, de las expectativas, y no solo por el efecto de autosugestión. 

Los Budas que visualizamos los generamos en nuestra mente con el fin de quitar las capas que tapan nuestra naturaleza búdica e impiden nuestro máximo potencial. La práctica del Buda de la Medicina es entonces un entrenamiento mental, un ejercicio de auto maestría, con el que también influimos en lo y los que nos rodean. 

Nuestra verdadera naturaleza es búdica, por lo que somos intrínsecamente sanos y plenos. Podemos acceder a nuestra salud esencial o intrínseca reconociéndolo, meditando, estudiando y contemplando. Pero en el mundo relativo nuestra salud viene condicionada por diferentes factores genéticos y adquiridos: es la salud adquirida. Podemos actuar sobre los diferentes planos para restaurar la salud integral.

 

Cómo practicar la meditación del Buda de la Medicina

La meditación del Buda de la Medicina ayuda a purificar y eliminar las causas kármicas subyacentes de la enfermedad y cultiva las causas para el bienestar holístico. Hay diferentes versiones y de diferente longitud, aunque el fondo es el mismo, siendo deseable la ayuda de un maestro.

Preparación y comienzo

Busca un lugar tranquilo y adopta tu postura de meditación. Toma refugio en el Buda, Dharma y Shanga y dedica un corto espacio de tiempo a generar motivación de corazón. Puedes decir: “Con esta práctica de Buda de Medicina que yo sea purificado de toda enfermedad, dolor y sufrimiento, que disfrute de salud robusta y que consiga iluminación completa para llevar a todos los seres a ese mismo estado”.

Buda de la Medicina en lapislázuli
Buda de la Medicina en lapislázuli

Visualización y recitación (trabajo mente-cuerpo)

Visualiza al Buda de la Medicina sentado mirándote a ti. Es de color azul oscuro lapislázuli, que es un color arquetípico de sanación. En su mano izquierda sostiene el cuenco de néctar sanador y en la derecha la planta medicinal. En la visualización el Buda está a la altura de tu frente a corta distancia, mirándote a ti con tanto amor como una madre a su hijo. El reúne todo lo bello en sí.

Piensa en tu poder mental, apoyándote en el arquetipo del Buda de la Medicina, para eliminar el dolor que produce la enfermedad y para que te venga la salud, o bien la del ser para quién estás pidiendo. No necesitas tener conocimiento de los cambios anatómicos requeridos. Lo que cuenta es la intención.

Visualiza que rayos de luz azul y néctares emanan del cuenco que sostiene el Buda en su regazo, se acercan a la corona de tu cabeza y, fluyendo desde ella hacia abajo, llenan tu cuerpo o el del ser para quien realizas la práctica. Tú puedes dirigir los rayos y los néctares a partes específicas de tu cuerpo, pero hay tal abundancia que llenan tu cuerpo entero.

 Imagina que este proceso completamente elimina y purifica toda enfermedad y sufrimiento y, sobre todo, las causas. Adicionalmente los desencadenantes del bienestar de la mente y del cuerpo fluyen o entran con abundancia ilimitada.

Mientras visualizas, puedes recitar el mantra del Buda de la Medicina. Hay unas pocas variantes del mantra, dependiendo del linaje. Ésta es una versión en sánscrito:

TAYATA, OM BEKADZE BEKADZE

MAHA BEKADZE BEKADZE,

RADZA SAMUNGATE

SOHA

Continúa la visualización y la recitación del mantra durante 10 minutos, si eres nuevo en la práctica. Si eres un meditador experimentado, probablemente desees ir más lejos.

Dedicación

Concluir la sesión con una reflexión tal como: “Con esta práctica del Buda de la Medicina que pueda yo (o los seres para quien estoy practicando) y todos los seres quedar libres de enfermedad y sufrimiento, y conseguir la iluminación”

 

Mandala del Buda de la Medicina
Mandala del Buda de la Medicina

 

El Sutra del Buda de la Medicina 

Se conservan cinco traducciones del sánscrito al chino y dos al tibetano. 

El sutra enfatiza la importancia de la confianza en el Buda de la Medicina, sin dejar a un lado el ejercicio del poder propio que tenemos. Puesto que todo es creado por la mente, cuando una persona visualiza el Buda de la Medicina y sus virtudes, e incluso se identifica con él, la mente de esa persona cambia, pues concede más espacio mental a la compasión y la sabiduría y menos al egocentrismo y a la ignorancia.

El sutra describe los doce grandes votos o aspiraciones del Buda de la Medicina para ayudar a los demás. Se resumen a continuación.

 

Las cinco primeras aspiraciones se refieren a la salud intrínseca:

Que todos los seres despierten y por tanto accedan a la salud intrínsica

Que experimenten la luz de la sabiduría, tan brillante como la luz del sol y de la luna

Que experimenten la sabiduría sin límites y habilidades para liberarse de los estados mentales negativos

Que entren en el camino auténtico del despertar y con ello accedan a la salud intrínseca

Que tengan la disciplina y la ética necesarias para acompañar a la sabiduría 

 

Las siguientes tres aspiraciones se refieren a la salud física adquirida del cuerpo:

Que todos los seres tengan capacidades y facultades plenas

Que tengan los medios y apoyos externos para sanarse 

Que las personas tengan un estado mental correspondiente a su género o condición física 

  •  

Las siguientes aspiraciones se refieren a la salud mental adquirida y condiciones vitales adquiridas:

Que todos los seres sintientes dejen de estar atrapados por los ocho darmas mundanos: atracción hacia el confort, aversión hacia disconfort, atracción a las ganancias, aversión a las pérdidas, atracción a las alabanzas, aversión al criticismo, atracción a la fama y aversión al anonimato. Y que se liberen de apego a puntos de vista e ideologías.

Que se liberen aquellos que están experimentando injusticias o sometimiento.

Que los seres tengan cubiertas las necesidades de supervivencia

Que tengan cubiertas sus otras necesidades básicas, de forma que se liberen del ansia permanente y disfruten de la satisfacción.